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El hecho de que casi todos los bares y restaurantes hoy tengan una sección de vermouth en sus cartas no hace más que demostrar que todo vuelve. La bebida que más tomaban los abuelos volvió con todo y se usa no solo para recrear clásicos sino también como parte de innovadores cocktails. Existen varios tipos: rojo, blanco, seco y rosado, pero hay un ingrediente que es común a todos: el vino.

La receta de cualquier vermouth se resume a los siguientes elementos: vino, agua, alcohol, una mezcla de botánicos y azúcar caramelizado. Hay tantos vermouths como personas se animen a crear el suyo. La leyenda cuenta que fue inventado por Hipócrates, el célebre médico y filósofo de la antigüedad, por lo que durante mucho tiempo se conoció a este trago como “vino hipocrático”.

El vermouth es un vino macerado en hierbas y, si bien los vinos usados son típicamente europeos, debido a los orígenes de esta popular bebida, en Argentina uno de los varietales más utilizados es el Malbec. No obstante, varios enólogos y mixólogos le ponen sus fichas al Torrontés para crear sus propias bebidas.

Esta uva blanca, famosa por su perfil extremadamente aromático, es también uno de los ingredientes más populares para elaborar vermouths de alto vuelo.

Un ejemplo es La Fuerza, producido con vinos de uvas que crecen al pie de la cordillera, botánicos de la zona, alcohol de vino que se destila en Mendoza y mosto natural de uvas. Es elaborado por Sebastián Zuccardi junto a varios socios y tiene tres expresiones: rojo, blanco y rosado. Los últimos dos se producen con base de vino Torrontés y más de 40 botánicos.

Lunfa, creado por el perfumista cordobés Julián Varea, es otro de los grandes vermouths argentinos hecho con uvas Torrontés cosechadas a 1.800 metros de alto, en Cafayate (Salta). Se produce siguiendo una receta fiel al estilo italiano y combina más de 25 botánicos.

En tanto que Givannoni Vermouth Dry es elaborado por Carolina Hoyos para el reconocido bartender Tato Giovannoni con una base de vino Torrontés y 17 hierbas, cuidadosamente seleccionadas para darle singularidad al mix.

Al respecto de por qué este varietal es tan elegido para elaborar vermouth, Carolina Hoyos explica que “el Torrontés es una cepa que, según el punto de madurez al que llegue, puede tener aromas que varían desde las notas dulces, como miel y melón, a notas más frescas y cítricas. A la hora de elaborar un vermouth estas características ensamblan y equilibran muy bien con el mix de hierbas aromáticas que suelen usarse para el macerado, entre ellas la manzanilla, el clavo de olor, la nuez moscada y los frutos secos”.

Por su parte, Rosa Rous, bartender a cargo del equipo creativo del bar/restaurante La Central Vermutería, agrega: “El Torrontés es mi uva favorita y no es coincidencia que su aroma intenso provenga de una uva tan corpulenta. A mi entender, esto es lo que ayuda a la mixología de cada vermouth, ya que la base vínica del producto es muy importante junto con la maceración de botánicos y caramelo. Culturalmente, el sabor del vermouth lo encontramos muy familiar y no es casualidad que las recetas tradicionales de las marcas fundadoras hayan usado uvas blancas para su elaboración, es por eso que sentimos mucho más untuoso y delicado un vermouth bianco o rosso, que uno tinto”.

Cualquiera de estas creaciones se pueden disfrutar siguiendo la preparación clásica: abundante hielo, soda y una rodaja de naranja o pomelo. No obstante, los expertos aconsejan que, para conocer bien el sabor del vermouth que se está degustando, primero hay que saborearlo solo o con hielo.

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