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Famoso por ser una de las variedades autóctonas más difundidas en Argentina, el Torrontés es uno de los vinos más populares y, a la par de su crecimiento en las góndolas, tuvo lugar el desarrollo de diversos estilos de la mano de enólogos de diferentes partes del país. 

El Torrontés es de las variedades blancas más extendidas. Y uno de las singularidades que lo destacan es que Argentina es el único país del mundo que lo produce. El ingeniero Simón Tornello, del INTA Calingasta (San Juan) y al frente del proyecto 35.cinco, comenta que en España hay un Torrontés “pero sería un sinónimo de Pedro Ximénez, o sea que genéticamente no es nuestro Torrontés Riojano”. Tornello explica también que en Chile hay variedades idénticas genéticamente al Torrontés Riojano y al Torrontés Sanjuanino, pero que se denominan de otro modo. Lo cierto es que Argentina ha enarbolado la bandera del Torrontés como variedad blanca insignia y la calidad de los exponentes locales se ha ganado un lugar único en el mundo del vino.

De esta manera, hay Torrontés que son dulces, otros son secos, los hay espumantes y hasta con paso por madera. Si bien su versión más conocida viene en botella, hay emprendedores que se vieron seducidos por su potencial y encontraron la manera de convertirlo en otros productos para disfrutar fuera de la copa.

Reconocible por sus ímpetus florales y frutales sumamente marcados, el Torrontés también llegó a la taza. Fue la empresa de perfumes Aromas del Vino, de Gilda Alonso, la que creó un té verde en hebras con los aroma de los descriptores del Torrontés. Está pensado para beberse frío y puede maridarse con ensaladas y pescados. Por su parte, la bodega Trez Wines, creó un ciclo de tardes de té en las que se puede disfrutar de esta original infusión.

“El té de Torrontés se hace con las hojas del Torrontés y otras hierbas, como manzanilla y flores blancas, ya que si solo tuviera las hojas de esta uva blanca, sería una bebida muy amarga. El resultado es una infusión muy aromática y con muy buena boca, que nos permite maridar con pastelería artesanal”, explica Eugenia Páez, gerente de Trez Wines.

Y hablando de tomar el té, ¿por qué no acompañarlo con algo dulce? De la mano de La Rinconada se pueden probar unos deliciosos alfajores de crema de vino Torrontés Riojano. “El turista elige este producto por su originalidad, ya que está relleno con una mousse a base de Torrontés. Tiene un sabor muy suave y lo pueden comer los chicos también porque en el proceso de producción se evapora el alcohol”, dice Zulema Castro, quien lleva adelante este emprendimiento familiar.

Otra opción son los alfajores rellenos de mermelada de vino Torrontés que produce Alfajores Andinos. “Cuando pensamos en elaborar alfajores de varietales mendocinos, encontramos un gran segmento de personas que se inclinan por el Torrontés, debido a su suavidad y notas dulces. Hablamos no sólo de mendocinos, sino también del turismo nacional e internacional”, recuerda Bárbara Orellano, pastelera y propietaria de la empresa.

Para quienes prefieren cuidarse, pero se dan un gusto de vez en cuando, está la mermelada de pera con lavanda y vino Torrontés de las conservas de autor Sabor Gourmet. Lo ideal es probar su creación sobre sobre tostadas recién hechas.

Pocos saben que el intenso aroma del Torrontés se debe a que es una uva rica en una sustancia química llamada terpeno y, aprovechando esto, hubo quienes la usaron para crear una fragancia  irresistible capaz de ambientar hogares y espacios de diversa índole. Algunos ejemplos son The Blend House y su vela de cera de soja con notas de salida a uva blanca, ananá, pera y neroli –todos aromas que están presentes en la descripción de un Torrontés- pero también existen opciones de las marcas Le Formule y Sentí Vino. Esta última promete que al encender su vela se descubrirán aromas “florales así como a durazno, cáscara de naranja y miel”.

Los beneficios de esta uva también se han trasladado a los tratamientos estéticos. Por ejemplo, una de las propuestas del exclusivo hotel Cavas Wine Lodge (en Valle de uco, Mendoza) consiste en un spa basado en los últimos descubrimientos científicos que utilizan la vid y los extractos de sus semillas para beneficiar a la piel. Justamente, uno de los pasos finales del tratamiento consiste en la colocación de una máscara nutritiva de Torrontés. En este punto, se utilizan las levaduras del vino y otros aceites esenciales para lograr un efecto revitalizante y nutritivo. Asimismo, el spa Patios de Cafayate (en Salta) supo ofrecer en su experiencia de relajación la posibilidad de hacer un baño de inmersión en un jacuzzi con agua y Torrontés. 

Queda claro que este varietal es muy noble y se lo puede usar para infinidad de propuestas ricas, originales y saludables, todas más que atractivas para descubrir –o repetir- en esta semana del Torrontés.

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