Con más de mil espectadores de escuelas primarias de Mendoza, entre el 19 y el 22 de noviembre el elenco Marabunta se sumó a los festejos del mes del Vino Argentino Bebida Nacional con el estreno de “La vid es bella”. Se trata de una obra de teatro didáctico creada especialmente para esta ocasión que propone a chicos y chicas aprender sobre el valor la cultura vitivinícola. La iniciativa fue del Fondo Vitivinícola Mendoza y esperan poder continuarla en 2020.
Compartimos esta entrevista para conocer más a los protagonistas de “La vid es bella”.
¿Cómo está formado el elenco Marabunta?
Matías: En el elenco Marabunta Teatro participamos muchos actores y actrices, tenemos formato de dos tres, cuatro, cinco y hasta nueve actores y músicos en escena. Contamos con más de 15 obras realizadas en 10 años de trayectoria. En “La vid es bella” trabajamos Emanuel Gauna, Matías González y Manuel Damia.
¿Cuál es su relación con el mundo del vino?
Matías: Mi relación con el mundo del vino es como ser humano, consumidor de vino, de fruta, de pasas y los diferentes derivados de la uva. En cuanto a lo cultural participé en Vendimias departamentales y Vendimia central y luego conocí a varios artistas folklóricos creadores de canciones del mundo de la vitivinicultura, como oyente y como artista.
¿Cómo abordaron los temas de la cultura vitivinícola para adaptarlos a la curiosidad de los niños y las niñas?
Emanuel: Para realizar un espectáculo para niños con tanta información técnica y específica, trabajamos mucho para simplificar la información, sintetizarla, destacar lo más importante para que a los chicos les quede lo esencial de la cultura de la vid, de la producción del vino todo el trabajo que implica la vitivinicultura. El libro “La cultura de la vid y el vino. La Vitivinicultura hace Escuela” del Fondo Vitivinícola fue como nuestra biblia, allí encontramos toda la información que con un gran trabajo creativo logramos adaptar para hacerla bien atrapante para los niños. Nos queda una enorme satisfacción que es la de adquirir nuevos conocimientos sobre eso que representa a nuestra provincia, a nuestra identidad, la historia vista desde la perspectiva de la vitivinicultura te da otra línea para comprender la historia de nuestro país.
¿Qué área de la vitivinicultura les gustó más?
Matías: A mí me gustó conocer los inicios de la vitivinicultura en nuestro país, comprender la simpleza, lo que nosotros resolvimos con un sacerdote español y un huarpe y rescatar la esencia del vino, cómo se podía elaborar el vino de manera artesanal en los inicios. Después, me atraparon los hechos históricos fundamentales como la llegada del tren, momentos trascendentales o quiebres que cambiaron el curso de la historia, eso fue lo que me resultó más interesante a mí.
¿Por qué los niños mendocinos deberían ver La vid es bella?
Matías: Porque habla de la cultura de Mendoza, de lo que se ve, lo que se palpa, lo que se huele, lo que está en nuestro pasado, en nuestras familias, en nuestra historia, en lo que nos pertenece. Es como si un argentino no supiera nada del tango, no podés ser mendocino y no saber nada de la vid porque forma parte de tu historia, de tu cultura, de tu provincia, de tus ancestros.
Ema: Los niños se van a encontrar con un pantallazo lúdico de toda esta información y sobre todo, de la historia de la vitivinicultura que es muy simpática, de los comienzos de esta actividad y cómo se fortaleció a través de los años, todo contado con canciones y coreografías muy divertidas.
La música tiene una importancia fundamental en la obra, ¿cómo fue ese proceso de creación de las canciones?
Matías: La música es fundamental, le da ritmo a la obra, energía, y nos ayuda a traducir mucha información, porque es un proyecto educativo. Si te quedas solamente en el plano verbal no alcanza, necesitas teatralidad, música y coreografía, se van agregando diferentes capas de laburo para lograr que niños y niñas se entretengan y también aprendan.
Ema: La selección musical la hacemos pensando en que los pibes se sientan adentro del espectáculo. Son todas melodías modernas que ellos identifican rápidamente entonces, lo que hacemos es cambiarle la letra a esa melodía reconocida, que ellos la tienen súper asimilada y así es más fácil recordar el contenido. Para “La vid es bella” elegimos “Con altura”, de Rosalía, que es un hit contemporáneo y la transformamos en “Con la uva”, por ejemplo. Siempre tratamos de pensar en hits reconocibles para diferentes edades para incluir a todo el público, tanto a las seños, como a las chicas y chicos.
¿Por qué la vid es bella?
Manu: A mí me atraviesa muchísimo el tema del vino, me encanta tomarme un buen vino, además fui a la escuela Pouget y desde muy pequeño tengo ese mundo adentro, he cosechado, he visto cómo se hace el vino, he participado haciendo vino, he hecho música con los sonidos de las bodegas. El vino me atraviesa y todo lo que sucede alrededor de ese mundo.
Ema: Al igual que al Manu, me atraviesa el enfoque que tiene el espectáculo, que se centra en la cultura del vino y en la cultura del trabajo que esto implica, la mirada romántica que viene con eso. Yo soy amigo del Manu desde los 13 años y este trabajo nos transportó a los recuerdos de la escuela Pouget, de cosechar bien temprano a la mañana, me acuerdo que más tarde venían las celadoras con esas ollas de mate cocido y las tortitas y compartíamos ahí en el surco, jugábamos en la acequia. Esos recuerdos son muy valiosos: la vocación de esos docentes, jugar a la sombra de los árboles, cortar uva del parral, el laburo de la tierra. Nos gusta, somos de la tierra, la frase famosa “todo esto era viña”, nosotros lo vivimos cada día.
“Se termina la función
fue fugaz como una estrella
compartirla fue un placer con usté
y saber que la vid es bella.
Bajo el parral, mesa larga y festejo
años después alguien vuelve de lejos
este paisaje nos vuelve a juntar
la familia, los niños y abuelos
y celebramos la tierra y el sol
por el surco juegan nuestros sueños
la cosecha, la vendimia y el vino nuevo
es la etiqueta que lleva nuestro pueblo
naturaleza, trabajo y amor
unidos en una canción”
(Canción final de “La vid es bella”, Marabunta)